Esta categoría, reservada a los más asequibles GT4 comercializados por las marcas como deportivos de serie, forman una parrilla donde la lucha constante es la norma. Pilotos amateur, todos ellos privados y muchos de ellos futuros campeones, compiten con mecánicas que ponen a su alcance marcas de gran prestigio en el mundo de los GT como Mercedes, Audi, BMW, Aston Martin o Porsche. Al ser un campeonato donde tienen cabida todo tipo de vehículos, es habitual ver también unidades Toyota, Alpine, Chevrolet o McLaren, lo que conforma un espectacular parque de vehículos.

Al ser una categoría de entrada al mundo de los GT, una vez adaptados a la competición los equipos que hacen correr los GT4 no pueden modificarlos a lo largo de la temporada y cuentan con el denominado BoP (Balance of Performance) para igualar prestaciones. Todo eso significa que la categoría potencia la igualdad para evitar la escalada de costes y permitir que florezca el talento.

Un promedio de 50 coches por carrera, con dos pilotos turnándose al volante, permite ver una gran alternancia en cabeza. El Festival de la Velocidad de Barcelona de 2023 será la 6ª y última cita puntuable, como todas a dos carreras tras las correspondientes calificaciones.